comunitaria

domingo, 21 de diciembre de 2008

Manual de buenas prácticas en mediación comunitaria en el ámbito de las drogodependencias (2008)

Portada del documeto
El Manual de Buenas Prácticas en Mediación Comunitaria ha sido desarrollado en el marco de colaboración entre el Instituto de Adicciones de Madrid Salud, Unión de Asociaciones y Entidades de Atención al Drogodependiente (UNAD), y Asociación Proyecto Hogar (APH)

Se pueden definir Buenas Prácticas en el ámbito de las drogodependencias en cuatro niveles que se desde una perspectiva más general hasta una más concreta: Buenas Prácticas relativas al propio sistema, al funcionamiento de centros y servicios, a los programas específicos y a la intervención con las personas.

EN LO QUE AL SISTEMA SE REFIERE:

COORDINACIÓN Y COMPLEMENTARIEDAD: La OMS define la salud como “El estado de completo bienestar físico, mental y social y no solamente la ausencia de enfermedad”. Partiendo de esto, es necesario que exista un alto grado de coordinación entre Administraciones Públicas con competencias en materia de salud en general, de salud mental, de servicios sociales, etc., y además, se deben incorporar transversalmente programas de integración social y laboral.

EQUIDAD Y SUBSIDIARIEDAD: Las prestaciones de los dispositivos terapéuticos deben garantizarse por igual en todo el Estado y deben ejercerse con el apoyo de los organismos autonómicos y locales competentes.

COMBINACIÓN Y TRABAJO EN RED: El proceso terapéutico no sigue un camino lineal ni viene definido por fases estancas, sino que es necesario combinar varios recursos simultáneos que den respuesta a diferentes facetas del problema.

EN LO QUE A LOS CENTROS Y SERVICIOS SE REFIERE:

CENTROS Y SERVICIOS AUTORIZADOS Y/O ACREDITADOS: Los centros y servicios privados deberán estar debidamente autorizados y/o acreditados por el organismo competente.

CENTROS Y SERVICIOS PROFESIONALIZADOS Y CON EQUIPOS INTERDISCIPLINARES: Los trabajadores y voluntarios deben ser profesionales preparados que provengan de diversas disciplinas, con experiencia en el sector, y deberán recibir formación de manera permanente.

CENTROS Y SERVICIOS DE FÁCIL ACCESO: La derivación o entrada debe ser ágil y debe atender especialmente a personas con mayores dificultades, a través de la incorporación de la perspectiva de género y la captación de personas que no acceden a la red de recursos asistenciales.

EN LO QUE A LOS PROGRAMAS SE REFIERE:

PROGRAMAS DE CALIDAD Y CON UNA OFERTA DIVERSIFICADA: Deberá existir una oferta de programas que abarque y cubra todas las necesidades existentes. Coexistirán programas libres de drogas y de reducción de riesgos y daños, sin que esto vaya en detrimento de la calidad del servicio.

PROGRAMAS ADAPTADOS A LAS NECESIDADES, CARACTERÍSTICAS Y DEMANDAS: Los programas se adaptarán a las personas y no a la inversa, atendiendo a la pluralidad de necesidades y demandas detectadas.

PROGRAMAS FLEXIBLES EN EL ACCESO Y PERMANENCIA Y REFERENTEMENTE EN SU ÁMBITO RESIDENCIAL: Las normas y criterios de acceso y permanencia serán flexibles, a fin de facilitar el mantenimiento en dichos programas, y en la medida de lo posible se ofertarán en el ámbito residencial.

EN LO QUE A LA INTERVENCIÓN SE REFIERE:

TRABAJO EN EQUIPO: El proceso de intervención se realiza en equipo, para atender a las diversas problemáticas que coexistan.

OBJETIVOS TERAPÉUTICOS INDIVIDUALIZADOS: El diseño del itinerario terapéutico será individual atendiendo a las especificidades de cada persona.

PROCESO INTEGRAL: Se intervendrá desde una perspectiva integrada que incluya aspectos biológicos, psicológicos y sociales.

CORRESPONSABILIDAD Y PARTICIPACIÓN ACTIVA: El propio paciente participará activamente tanto en el diseño como en la consecución de sus objetivos y se harán partícipes, si se considera conveniente, a sus familiares o personas de apoyo.

PROCESO CONFIDENCIAL Y VOLUNTARIO: El proceso terapéutico es confidencial y el tratamiento de sus datos personales se regirá por la ley de protección de datos vigente. Así mismo, todo proceso debe partir desde la voluntariedad del propio paciente.

Llegados a este punto, intentaremos aunar los elementos expuestos recogiéndolos en una definición propia que, a nuestro parecer, responde a la pregunta: Qué es una Buena Práctica en Drogodependencias?

Todo aquel proceso voluntario de transformación positiva en los ámbitos biológico, psicológico y social de un individuo con problemas de consumo de drogas, en el que interviene un equipo interdisciplinar a través de la reproducción de una metodología individualizada y participativa, cuyos resultados generan cambios significativos en su calidad de vida y en la de su entorno.

Señalamos que en esta definición ubicamos al individuo como elemento central de este proceso ya que aunque acompañado por un equipo y apoyado por una metodología, solo puede ser considerada como buena práctica cuando el cambio positivo se genera desde la propia persona.

Para descargar el manual en formato pdf: Pinchar aquí

Fuente: unad.org

Visto en: ordago

Saludos

Rolando Becerra Castillo

Equipo edición Blog´s


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